lunes, 6 de junio de 2016

Ni la guerra ni la paz tienen un por qué para los colombianos

Ni la guerra ni la paz tienen un por qué para los colombianos
Samaria Márquez Jaramillo






De 1812 a 1815, Colombia padeció la Guerra entre Centralistas y  Federalistas; de  1851 a 1885, hubo 7 guerras civiles  y de 1899 a 1902 existió la Guerra de los Mil días. Desde la mitad del siglo XX hasta hoy, los colombianos vivimos un conflicto armado. Es redundancia agregar que los colombianos de las ultimas 4 generaciones  desconocemos lo que es vivir en paz. Sin embargo,  ni la guerra ni la paz tienen, para nosotros, un por qué aunque, indistintamente, atribuyamos  nuestra situación social a la debilidad del Estado, en algunos aspectos, y al nazismo, con acentuada utilización del poder, en otros. Para mí, los factores de discordia han sido dos. El primero es territorial  y el segundo es la narco corrupción. Ambos interconectados.

La descentralización político administrativa que instituyó la nueva Constitución colombiana, de 1991,  permitió que los departamentos tuvieran autonomía para la administración de sus operaciones económicas, sociales y eco-culturales, a la vez que convirtió a Colombia en el país de Latinoamérica más regionalizado: 1.123 municipios, 32 departamentos y 5 distritos especiales. No es esto la única fuente de  conflicto. En 1958, la dirigencia política de este país, estableció el Frente Nacional que consistió en que los dos partidos, liberal y conservador, se alternarían por 16 años, cuatro períodos, en la presidencia de Colombia.

"VUELA COMO MARIPOSA, PICA COMO ABEJA" . Mohamed Alí 

Pero como el Frente Nacional trajo la llamada paridad administrativa que multiplicó el número de burócratas y el Estado creció, en cifras presupuestadas, mientras que demostraba debilidad, poca gobernabilidad y desconfianza de los ciudadanos en sus instituciones. Como no hay situación que sea  inerte, lo social  sobrepasó sus orillas y se nos vino encima el conflicto armado, soliviantado por la manipulación que de él los políticos,  sin patriotismo,  hicieron uso, como argumento  en sus discursos para acceder al poder sin ética, puesto que las reformas sociales no han sido soluciones ni ellas mismas tienen larga permanencia: La Ley 200 de 1936 fue modificada con la Ley 100 de 1944. La Ley 135 de 1961 fue desmontada por  el llamado Pacto de Chicoral, en 1973. ¿A la Ley de víctimas y restitución de tierras, que otro asidero justificador  –no justificable- llegará para desmentirla?

Por ahora la publicidad política pagada distorsiona el para qué y el por qué del acto legislativo por la paz que    fue aprobado por la Cámara, puesto que todos estamos a favor de la Paz, eso es connatural al ser humano, pero lo que el prestidigitador hará es usar el llamado  procedimiento Legislativo Especial que le da facultades extraordinarias al presidente de la República por 180 días para expedir decretos con fuerza de ley, con el objetivo exclusivo de facilitar y asegurar la  implementación del acuerdo final. ¡Dios mío! ¿Para dónde vamos y en qué república bananera viviremos?

Guernika, Picasso

Les economizo búsqueda en Google: República bananera es un término peyorativo, asignado a un país considerado  políticamente inestable, empobrecido y atrasado, cuya economía depende de unos pocos productos de escaso valor agregado (simbolizados por los bananos), gobernado por un manipulador, un dictador  o una junta militar.
Seguiré pensando que es mal negocio vender la patria para comprar la paz



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