viernes, 28 de diciembre de 2018


¿EL FUTURO LLEGARÁ EN EL 2019?


Samaria Márquez Jaramillo

Precisamente no cantaré “faltan cinco pa' las 12 el año va a terminar, me voy corriendo a mi casa a abrazar a mi mama... Las campanas de la iglesia están sonando, anunciando que el año viejo se va, la alegría del año nuevo viene ya, los abrazos se confunden sin cesar” ... Mi anuncio no es de fiesta: 2019 nos encontrará, otra vez, en campaña electoral y todo parece indicar que, si los agentes de cambio no mueven sus fichas de una manera contundente, no habrá auténtica renovación ideológica en las propuestas de los precandidatos, ni señales de intenciones participativas en la actitud electora, derrotada por la corrupción administrativa, el populismo estomacal del discurso político, tan silencioso frente al paisaje social integrado por controversias, denuncias, delaciones, letras de cobro, inmoralidad política y “soluciones” retóricas. En resumen: El bien, la belleza y la moral, están capturados.

      Si te quitan el presente quedarás sin historia. Si te privan de futuro carecerás de sueños.

         Si hoy dices:  ¡Basta corruptos!, construirás tu mañana histórico y el futuro  soñado.

Augurar cambios no es ser apocalíptico. Desde el principio del tiempo histórico en la Tierra aparecen giros de 180 grados, ¡tan dramáticos! , como los que se vienen para el Quindío, que no serán, de ninguna manera, el fin del sistema político democrático ; esto ha sucedido, girando para peor, desde siempre de manera no cíclica sino dinamizada por la problemática generada por cualquier malaventura social. Sin embargo, sobre su suelo verde, rodeado por cordilleras, cruzado por aguas sonoras, fértil, donde se vuelve fruto y semilla todo lo que roce su tierra, no se ha interrumpido la política perversa aunque, como en el año que viene, se modifiquen sus formas. Esto, porque se avecina la llegada de la revolución gubernativa que renovará las procederes para captar electores y hablará de otros nombres de los elegidos, acabando con el caciquismo, los delfines, los barones, los protegidos por los gamonales, la continuación de un sistema de formas que tienen a este departamento como mariposa atravesada por un alfiler y sujeta a un estado de cosas, terroríficas, como diría Alicia, la del País de las Maravillas.


El cambio no ocurrirá como un hecho aislado o de un día para otro; transformará la calamidad del desequilibrio y será el exterminio de una serie de corruptelas, en un principio más o menos mal disimuladas, hasta degenerar en la desvergüenza y latrocinio de ahora, cuando la deshonra y la traición se reciben a paladas y, a la vez, apresuran el cambio que galopa y se acerca.

La historia del Quindío ha sido categorizada de acuerdo con acontecimientos que marcan una pauta significativa. Es por esto que se puede separar el transcurso de su historia en periodos con nombres que todos reconocen sus significados: La guaquería, la arriería, los colonos, los pobladores, las aldeas, el éxodo a estudiar, el regreso, las innovaciones, el civismo, el maldito Frente Nacional, la violencia, los caciques políticos, el envilecimiento, el terremoto, la corrupción y la esperanza de ahora: El mañana tiene que ser diferente. Empujados por el desespero de los que viven esta época, en la que no se actúa sino que se comete, caerán al suelo y se volverán añicos las estatuas corrompidas. No será difícil porque nos encontramos en una entorno de desahucio político porque la administración pública, como lugar propio del orden y gobierno, no está en condiciones de abordar los aprietos fundamentales a los que se enfrenta y es extremadamente débil su fuerza básica de gobernanza y por ello se distorsionan las prioridades, tales como terminar con los contratos de funcionarios que conforman las mafias secundarias que sobreviven en las dependencias de la gobernación y la alcaldía , tornilladas en la nómina.


Del filósofo español Fernando Savater es la siguiente reflexión: "La política no es más que el conjunto de razones que tienen los individuos para obedecer o para sublevarse"…Las circunstancias actuales obligan a balances: Por ejemplo yo, como docente de Filosofía y/o periodista, pude influir para bien o para mal en docenas de personas pero un político corrupto destruye vida y bienes de toda su órbita. Cuando en una sociedad más de la mitad son honrados y a pesar de ello esa comunidad está administrada por malvados, el hecho de que los buenos no sean elegidos para cargos donde puedan enrutar conductas es porque algo muy grave sucede en esa colectividad, que acepta que de cada 100 pesos del presupuesto general, el gobernante de turno se embolsille 5 $$.
Para hacer mutis por hoy va un anhelo: Varias personas me urgen a escribir. Yo lo hago porque estoy convencida que la Literatura es una disciplina que puede ir más allá del prurito de señalar problemas y debe crear, en ese espacio del intelecto, un lugar desde el que se generen propuesta

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