¡Pobre Quindío: ¡Llegó la hora de volver a
equivocarnos!
Samaria Márquez Jaramillo
Queridos lectores: Disculpen la siguiente
andanada. En mi favor explico que
hoy me siento, en lo social, terriblemente sensible; económicamente,
insuficiente y políticamente incorrecta. “Hay veces que somos tan
lúgubres…”Sobre todo cuando agoniza el último día de 12 meses vividos en el
desengaño.
Señor Presidente: La Colombia con rosas perfumadas solo existe en sus discursos
Lo soportado durante este lapso denominado
2018, y que termina hoy 31 de diciembre, es el preámbulo del convulsionado año
que se nos vendrá encima, porque con él
empezará la guerra de la política. ¡Pobre Quindío!
Hay triunfos que se obtienen sin decoro y
derrotas que enseñan a un hombre que vencer es respetar las normas dignas.
Quizá por ello Maturana decía que “perder
es ganar un poco”.
El vocablo candidato nació en la antigua Roma,
cuando los tribunos llevaban una toga blanca durante sus campañas políticas
para generar una buena impresión entre los ciudadanos y terminó haciendo
referencia a todo aquel que busca un cargo, con honor y dignidad. Sin gloria no
hay victoria.
Demolida la fe en los políticos, durante los
próximos 10 meses se oirán los discursos
proferidos por los aspirantes a las alcaldías de los doce municipios del
Quindio, incluida su capital, Armenia, y por aquellos que pretenden reemplazar al gobernador, el
exclérigo de las metáforas de cura de pueblo
Se nos vendrán encima chorros de palabrería con contenidos más propios de
una trifulca callejera que de una campaña electoral y, entrada en comparaciones,
añadiré que las “piezas de oratoria” enunciarán
adjetivos al límite de la injuria y frases no para convencer sino para lacerar, estilo heredado desde hace 4 años,
cuando en este departamento fue arrasada
la democracia por los que escupieron odio sin respeto a la pobre patria chica y
se aplastaron como rufianes, con herramienta de defensa mezquinas ,con afán
sólo de aniquilar al contrario, sin tener en cuenta el daño que le hacían al
que ahora es potencial joven de electores
Intercedo por una política digna, por una
ideología defendida con honestidad, por ganar los votos exponiendo un programa
sin la necesidad de insultar, despreciar o menospreciar al contendor. La tarea
de un líder debe ser generar confianza no hacer tambalear la convicción
democrática de los ciudadanos y el honor de un elegido está atado al
cumplimiento de lo anunciado durante la campaña.
¿Puede una democracia sobrevivir y tener éxito
en derrotar una corrupción omnipresente? ¿Podrá la democracia quindiana,
huérfana, desarrollar un sistema preventivo y correctivo lo suficientemente
fuerte e independiente como para enfrentar el problema? Y si no, cada
quien podría pensar: ¿Por qué molestarse
en celebrar elecciones que les darán a los políticos licencia para defraudar a
los electores? Además ocurre que la
falta de control al financiamiento ilegal de las elecciones, combinado con las
estructuras extremadamente fracturadas de los partidos políticos, hace que las
campañas electorales sean una vía fácil para que algunos aventureros, recién
llegados a la política se hagan millonarios, incluso antes de conquistar el
poder.
Señora Justicia, si está en contra de la
corruptela eleve, de oficio, un informe
" a quien corresponda". Argumente racionalmente. Señora Justicia,
intente pedir Justicia ¡por favor!
Creo que esta vez puede ser distinto... menos corrupción !!!
ResponderEliminarDependerá de la experiencia que cada uno de nosotros haya procesado y no sea solo resaca de fiestas sino convicción. En usted, en mi y en todos los otros , en todos, estará el erradicar la corrupción.Unamos voluntades y saquemos adelante al Quindio. Un abrazo amigo (a) anonimo. Samaria Márquez Jaramillo
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