sábado, 22 de diciembre de 2018



Mañana es mentira



“Cuando yo tenía 5 años, mi madre me decía que la felicidad era la clave de la vida. Cuando fui a la escuela, me preguntaron qué quería ser cuando  fuera grande. Yo respondí: ¡Feliz!  Me notificaron que no entendía la pregunta. Yo les  discutí que ellos no entendían la vida”. John Lennon.

Quindío no es, precisamente,  el mundo de los niños felices. Con todo irrespeto  digo que los padres de esta época mienten  al decir: “El mundo será lo que tú quieras que sea”. (Deliberadamente no intenté dejar a mis descendientes las toneladas  de excrementos que los ahora mayores estamos legando a las generaciones que habitarán el mañana.) Se vinieron encima los  hechos: No sólo fue que le quitamos la magia al tiempo por venir, sino que hicimos abortar el buen futuro, cuando lo dejamos sin  mañana. No por premonición sino por certeza de las consecuencias de sus actos, una mandataria “gastó” en  la construcción de letrinas los $$ que debió invertir en educación ,salud y prevención de la drogadicción, pues sabía que ella todo lo volvería mier..
¿Cuál es el mundo que trasferiremos, en el que vivirán hombre y mujeres, y también niños, en el girar de la rueda de la vida?


Vivir no es solo respirar, comer y dormir, esto es sobrevivir como animales. El hombre vive cuando tiene el poder de transformar su realidad inmediata, cuando siente que puede fabricar con sus propias manos el futuro de sus hijos. ¿Qué podrán construir, sobre ruinas, los mayores en el año 2050?
Llegó el día. A  Armenia me refiero: Es una ciudad peligrosamente agobiada porque todos los planes de inversión están  ligados  a necesidades básicas de la sociedad: Seguridad, salud, vivienda, electricidad, servicios públicos, alimentación, y el dinero para lo que pudo ser un buen plan de desarrollo, voló y voló, en alas  del costo social de la corrupción, inaceptable en términos no sólo patrimoniales, sino en vidas humanas y en calidad de vida, porque los  negociados, coimas,  cvy  y apropiaciones indebidas siempre dejan  daño colateral:  ancianos, minusválidos, enfermos, prostitución y hombres,  mujeres , niños y niñas desesperados. Todos con sus perspectivas castradas.


El dinero de la corrupción está lleno de sangre, de miseria y de dolor. Es un dinero maldito y hará infelices a quienes se atrevieron a vender la vida de todo un pueblo para, sin ninguna otra justificación que el ansia personal, acaparar lo que pertenece a todos.
Lo que hoy empieza como novela de ciencia ficción, mañana será el reportaje de  una tragedia titulado: Cuando la realidad  lloró y prójimos y victimas sólo pudimos ser espectadores, ¡por tibios , indiferentes y mamertos!



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