NO A UN DERRUMBAMIENTO CULTURA EN EL QUINDIO
Requiem por el arte quindiano y que no descanse en paz y se levante y proteste
¿Llegó la muerte anunciada del arte?
Se conocen cambios en el gabinete administrativo de la
alcaldía de Armenia y la Corporación de Cultura sigue siendo ignorada por Oscar
Castellanos, el alcalde. La historia es gran maestra: Grecia resistió
invasiones y su cultura trascendió por miles de años, hasta que la política
corrupta y el populismo, en boca de Alexis Tsipros, que irrigó dinero por el
pueblo alcahueteando la ignorancia, acabó con la austeridad en el manejo del
Estado, aumentó el gasto público, EXTINGUIÓ el presupuesto del arte, como
preámbulo, y después llegó el derrumbamiento total de una nación, Grecia, por siglos gloriosa… ¿Queremos esto en
Armenia? Como en el cuento de Álvaro Cepeda Samudio: "Todos estamos a la
espera"... ¿Y de la cultura qué?
Continuo citando el ejemplo de Grecia: En el primer y
segundo acto de la tragedia, los actores alemanes, sobre un escenario de
miseria y de mentira, escenificaban un libreto que hablaba de que en Grecia primero
fue el ataque a la cultura y el consecuente envilecimiento de las disciplinas
artísticas, (en Armenia “al que le caiga el guante que se lo chante) y que luego
se vino encima la picardia griega: el
país gastaba, los griegos eran unos vagos que no trabajaban, que evadían los
impuestos, que se solazaban en las playas idílicas, perezosos , indolentes e
insensibles porque ya no tenían filósofos, ni escritores y mucho menos poetas… Nada
queda de esa cultura que supo no dejarse permear ni por los más gladiadores
invasores, pero todo cambió. Zeus fue reemplazado, el derrumbamiento empezó a
tomar velocidad, llegó el régimen de los coroneles con Papadopoulos, en 1967, y
en resumen este es el cuento: De la Grecia de Sócrates, Platón, Aristóteles, no
queda ni una chispa de ese fulgor. Lo que no lograron los ejércitos en las
batallas de las Termopilas y Salamina,
surgió tras un escándalo de atrocidades: la escultura, pintura, música,
oratoria y danza, donde la oratoria incluía a la poesía y la música al teatro,
fueron mancillados por los traficantes del arte. Tras siglos de gloria llegaron
los politiqueros corruptos y populistas a Grecia. En boca de Alexis
Tsipros y para ganar adeptos, se propagó
que el pueblo sería irrigado con dinero para su ocio, que el arte era cosa del
pasado, se acabaría la austeridad en el manejo del Estado y se aumentaría el
gasto público y , como lo dijeron verdaderos estadistas, “Cuando la
politiquería necesita el dinero para sí, acepta las condiciones impuestas para entregárselo y cuando llega el momento de cumplir, esos que reciben el dinero, dirigen su
dedo índice hacia el frente y todos los lados, señalando mientras hacen discursos diciendo “esos son
los corruptos…” Y sucedió que en Grecia se vino al piso su arte y después fue
el caerse la estantería que soportaba a la cultura… La moraleja queda a cargo de
mis lectores…Con la advertencia de que cualquier parecido con la coincidencia
es pura realidad…
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