“Ahí les dejo pintada
su h.p. estatua”,
podría decir el cura
gobernador
en su discurso de
despedida
Samaria Márquez Jaramillo
Esta historia comenzó cuando el cura gobernador dijo se
colocaría en la Plaza de Bolívar, cerca de la entrada del edificio de la
gobernación del Quindío, otra escultura, en recuerdo del terremoto. Ahí empezó
la preocupación. En recuerdo de la pujanza, coraje y arrestos de los quindianos
la mejor manifestación artística es el Monumento al esfuerzo que denota músculo
social, resolución, orgullo regional y todo cuanto es bueno y nombrable de un
pueblo.
Como, a mi parecer, el cura gobernador es narcisista, pues qué
mejor que una escultura donada por su gobierno (léase pagada por todos nosotros)
compitiendo con esa del esfuerzo de la que tan orgullosos estamos. Ante la reacción
general, que no tiene color político sino que actúo bajo la bandera de un sano regionalismo, el
cura atenuó su decisión y dijo que la colocaría en otros sitios, demostrando
que lo que el ex clérigo quiere es figurar en la placa conmemorativa. Por lo
demás, estamos de acuerdo en que "que no haga ni el intento porque él es
de Medellín no es de Armenia como para que venga a hacer lo que quiera con la
ciudad y más a meterse con nuestro monumentos insignias...." y que no se
preocupe por figurar en la placa, ya le
haremos una que recuerde que nos trata de "mediocres, sin cultura que no saben
escribir ni una carta..."
Al cura Osorio lo conozco
ahora como personaje ausente de la novela
La feria de las Vanidades, de la que creo es iniciadora del movimiento del realismo europeo
que comenzó en la década de 1830, que Balzac y Flaubert dominaron en Francia y
Gógol y Tolstói en Rusia, pero como todo nos llega tarde es ahora que empieza a
vivirse en el Quindío engendrado por la soberbia del que luchó por ser elegido
no para gobernar en defensa del progreso de una región sino como estadio donde
le soltaría la rienda a sus anhelos de Sultán, emperador, monarca, soberano,
califa o príncipe.
No permitan que en épocas difíciles la rutina, el conformismo ,el
desaliento y el “a mí que me importa”, entren en el diario vivir, sino, muy por
el contrario, luchen por mantener el espíritu de innovación y el entusiasmo cívico
que caracteriza a los quindianos y es el
motor del desarrollo alcanzado, en otras épocas cuando no importábamos de
Antioquia a quienes vendrían a instalar , a ultranza, la versión dos del Parque
de Berrio y que favorecieron con la contratación a sus paisanos y llenaron de vergüenza
lo que pudo ser el desarrollo de esta
región, antes impulsada por los que la hicieron grande y le dieron honor y
ahora de ellos queda en la gobernación unos retratos colgados, que la
megalomanía del cura SIPUEDO no alcanzó a arriar o
abatir.
Imagino el discurso de despedida del cura, el próximo 1º de
enero que entre otras muchas zalemas e inciensos a su nombre dirá, parodiando
el final de la película La estrategia del
caracol: Ahí les dejo pintada la h.p. estatua…” Ojalá nos la deja reproducida
en un dibujo con perspectiva, en un muro de alguna penitenciaría, como
advertencia de lo que le puede pasar a aquel que en beneficio de su imagen
atropella el respeto que merece el arte de la escultura y otros no intenten
repetir lo de mancillar nuestro Monumento al esfuerzo, pretendiendo colocar en
sus alrededores un bulto al mal recuerdo de un “gobernante” que trabajó 4 años
en beneficio de “su honor y gloria”.
"Torna el guerrero de la lid sangrienta,
Ceñido con el lauro de victoria;
Le aclama el pueblo, y su poder ostenta
Ceñido con el lauro de victoria;
Le aclama el pueblo, y su poder ostenta
Desde el sitial que le erigió la gloria.
Mas, como el polvo que arrebata el cierzo,
Pasa tan raudo el popular sonido...
Pasa tan raudo el popular sonido...
¿Qué fue del hombre de pujante esfuerzo?
Hundióse en las tinieblas del olvido.
¿Qué es, pues, la gloria que el mortal adora?
¿Qué es, pues, la dicha que alcanzar ansia?
Nube que besa el sol y se evapora;
Placer que acaba al acabar el día;
Astro que el cierzo del dolor apaga;
Llanto fugaz que piérdese en la bruma;
Belleza sin color que que ya no halaga;
Flor sin fragancia, vanidad de espuma."
Placer que acaba al acabar el día;
Astro que el cierzo del dolor apaga;
Llanto fugaz que piérdese en la bruma;
Belleza sin color que que ya no halaga;
Flor sin fragancia, vanidad de espuma."
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