FICCIÓN Y
CONTRAFICCIÓN
Samaria Márquez
Jaramillo
Samaria: Enhorabuena,
por tu interés en demostrar que, desde tu provincia, tan caníbal, tan atrasada
en contraficción, alguien tiene cabeza para manejar una buena pluma. Mejor
dicho para digitar bien, temas enjundiosos.
Aunque, hasta
ahora, de tu novela histórica Los nietos
del exilio, ninguno de tus coterráneos, y menos aún tus críticos, repararon
en que el deambular de tu personaje Domenech, por cárceles, campos de
concentración y checas, se originó en el contraespionaje, de ambos bandos, que
obraba en y comandaba a la Guerra civil española, y que esa guerra
, bien claramente se lee entre tus líneas, tuvo como motivo un error de
apreciación de Franco, un ajuste de cuentas ,en campos españoles, entre los
rusos estalinistas y trotskistas, y un argumento para que la intelectualidad de
izquierda pariera loas y manifiestos.
¿Qué hay que
hacer para que se aprenda a leer? Estoy seguro que tu editor, el escritor Luis
Folgado de Torres vio claramente tu manejo “contraliterario”, cuando decidió enfilar sus destacamentos y
posibilidades comerciales y publicitarias, que son poderosos, todos a favor de
tu novela, que ahora está en todas las vitrinas de las principales librerías del
mundo de habla hispana y alborota comentarios en blogs especializados, que
hablan de una segunda forma de lectura para encarar tu escrito: El lector re-crea, vuelve
a crear en otra dimensión tu obra literaria cuando la lee y la interpreta. En este
punto se topa uno con las distintas posibilidades, los distintos niveles de
interpretación de Los nietos del exilio.
Sin
olvidar batallas donde el heroísmo determinó el triunfo en la guerra, el
recuerdo entre romántico y avergonzador, de las tramas y traiciones de los
contraespías dan para llenar estanterías con libros de buen cacumen. Tengo que
resaltar de tus esfuerzos históricos, que has aprendido copiosamente de doble manejo de la trama
novelistica. Esa nueva modalidad o corriente literaria aporta verdaderos éxitos
de librería.
¿Llevamos
todos un espía dentro? Todos somos dobles agentes, unos más que otros. Todos
tenemos una sombra, y amamos la idea de estar en medio de la gente escondiendo
un secreto. Por eso te gustan las historias de contraespias y disfrutas escribiéndolas
y logrando que lo que se diga no devele el secreto de lo que se muestra, sin
importarte que los que te leen no entienden ni un carajo que tú misma novela Los nietos del exilio, sea el resultado
del doble accionar: Ficción y contraficción: El subtexto desdice del texto. ¿Qué
tal la “guerra” tonta, sonsa y “trolempa”en Betanzos? Un abrazo desde Andújar
Hola amiguito de Andújar, permiteme salir del claustro donde me relega el ser la autora de la novela que comentas pero no resisto la tentación de hablarte de Deborah Colvert. Ella, no yo, es la que hace el ejercicio de contraficción en Los Nietos del exilio. Gracias por escribirme
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