Teoría del conocimiento
Samaria Márquez Jaramillo
Escribimos cada vez más sobre cada vez menos,
hasta llegar a nombrarlo todo sobre nada. Salvador de Madariaga.
Cuando
las esperanzas fijan su residencia en el confín del horizonte y uno es miope no
le queda más remedio que conformarse, prosaicamente, a vivir sin aspiraciones
en un entorno en el que el oxigeno fue reemplazado por gases estomacales o a esforzarse por tener mirada de telescopio.
Pero
si se tiene una mirada de largo alcance es posible ver claramente no solo lo que se constituye
en el territorio donde dejan huellas nuestros pies sino, igualmente, aquello
que flota en los sueños depositados en el porvenir.
Escribo
bajo presión. Frente a mí, en un ángulo superior izquierdo de la pantalla del
computador, tengo un cartelito que
coloqué allí deliberadamente, en el que transcribí una crítica de Salvador de
Madariaga: Escribimos cada vez más, sobre
cada vez menos, hasta llegar a nombrarlo todo sobre nada… Así que ya
advertida debo referirme, valiéndome de contenidos, a la situación que vive el
Quindío.
Existe
un asfixiante abrazo que ata, simbioticamente, al desempleo con la incultura. Los
empleadores se quejan de la mala preparación técnica y cultural de quienes
aspiran a cargos y, por su lado, los aspirantes a dejar de engrosar las
estadísticas del desempleo, en su afán de solucionar su economía básica, se
acomodan a cualquier oferta de trabajo, sin tener, en muchísimos casos, ni
venial idea de cuáles son los requisitos y qué debe saberse para desempeñar el
empleo ofrecido. Luego llegan los problemas que someten a los empresarios a
tomar decisiones tales como dar oportunidad a su nuevo empleado a que aprenda y
mientras tanto entregarle, a manera de beca, el sueldo pactado o salirse del audaz e
ignorante que aspiró a un cargo para el que no era el adecuado y empezar a
jugar a error corrección.
Cuanto
mayor es la ignorancia más agudo es el desempleo; en cuanto más desempleo
grande es la pobreza y a considerable pobreza de igual proporción es el uso de
los servicios gratuitos de salud…
Rompo
el círculo vicioso para hablar de la misión del conocimiento. La
época trajo, de la mano de los avances tecnológicos, aportes intelectuales y
científicos accesible a la región quindiana y que tienen suficiente fuerza como
para ser capaces de desarrollar todo un cambio en el pensamiento, teniendo en
cuenta que la adquisición de conocimiento no es un lujo propio del pleno
desarrollo sino que es el medio para salir del subdesarrollo.
Soy hijo del camino, caravana es mi patria y mi vida la más
inesperada travesía… Amín Malouf, Premio Príncipe de
Asturias en el 2010.
El camino hacia el ‘día
después de la erradicación de la ignorancia’ no existe. Hay que construirlo con
acciones. Entonces llegará el día después de la iniciación del desarrollo
quindiano y no la víspera del fracaso.
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