A lo hecho ¡pecho!
Samaria Márquez Jaramillo
“Lo que ya pasó ni Dios puede
lograr que no suceda”.
“El árbol de la ilusión quedó cortado de raíz con el
asesinato de Gaitán y las palabras
cogieron rumbo hacia la montaña”. Arturo Alape, en su libro Las vidas de Pedro Antonio
Marín alias Manuel Marulanda Vélez –Tirofijo-
Después del asesinato de
Gaitán, Laureano Gómez se asiló, voluntariamente, en España. Regresó en junio
de 1949 y a su influjo los entonces llamados “pájaros”, en las arengas con las
que iniciaban sus matanzas, empezaban refiriéndose a Laureano Gómez, al general
Franco y a la Virgen del Carmen. El Generalísimo
Franco nunca visitó esas zonas atormentadas
por la violencia y ni siquiera sabía de su ubicación en el mapa de Colombia y
la virgen del Carmen, patrona del mar en España, Puerto Rico y Costa Rica, considerada
reina y madre de Chile, patrona de la
Policía Nacional colombiana y de los
conductores, alcaldesa perpetua de la ciudad de Lima y en Venezuela patrona del Ejército, seguramente no visitó nunca a Ceylán y el Dovio.
En conclusión: Los “pájaros”, mentalmente
estaban desplumados. No tenían ni idea de por qué hacían lo que cometían y
mucho menos porqué, a nombre de dos foráneos, el se hacía el corte de franela y después, al
cadáver, se le sacaba la lengua por el cuello, a manera de corbata.
Manuel Marulanda, Tirofijo
nacido en Génova, Quindío el 12 de mayo de 1930 y muerto en el Meta el 26 de marzo de 2008, fue guerrillero durante casi 60 años, desde que en
1950, el partido liberal llamara a la
resistencia civil y la población rural acogiera el llamado de Laureano Gómez,
después de que se posesionara en la
presidencia y recrudeciera los
hostigamientos. Por esas calendas, Pedro
Antonio Marín, un leñador de filiación liberal, aprende a cargar un arma y a vivir huyendo de la policía tras ver cómo perseguían
a su familia pero, en los delirios de
una equivocada grandeza, adopta los apellidos de Roberto Marulanda Vélez, dueño
de la entonces hacienda Maravelez y quien fuera gobernador de Caldas. Tirofijo,
con sus nuevos apellidos de oligarca se
lanzó a las montañas a luchar contra los gobiernos conservadores, se convirtió
en el líder de la guerrilla comunista y en narcotraficante, transformó a las
FARC en una fuerza poderosa con capacidad para poner en jaque al Estado y
luego, habilidosamente, hacerle conejo al presidente Santos.
¿Qué habría sido la historia
de este país si no matan a Gaitán el 9 de abril del 48? Tal vez, y como
el poder desgasta la imagen de quien lo ostenta, Gaitán habría llegado a ser
presidente de la Nación y habríamos
tenido un gobierno fuera de lugar, quizá bajo la consigna de fraternidad , libertad
e igualdad, y al terminar su período
presidencial estaría abortada la disculpa de “los menos favorecidos en lucha
contra los dueños de todo” y luego ,
Gaitán como ex presidente, ya entroncado en la llamada supremacía social colombiana
después de su matrimonio con Amparo Jaramillo, seguiría soñando en implantar
una cultura europea en un país en el que aún persistía la idiosincrasia de los
arrieros.
El 13 de junio de 1953, el general Gustavo Rojas Pinilla
propinó un golpe de estado al gobierno conservador de Laureano Gómez; el único
golpe de estado en el siglo XX en Colombia. Tras muchas vicisitudes, Rojas le fue
imposible gobernar. El 10 de mayo de
1957, tras renunciar, Rojas viajó a
República Dominicana y allí recibió asilo político de parte del gobierno del
dictador Rafael Leónidas Trujillo y se instauró
una junta militar como gobierno de transición. Los dos partidos políticos
tradicionales (liberal y conservador) crearon una coalición llamada Frente
Nacional, con la idea de terminar con la violencia bipartidista que azotaba al
país. De esta manera, también pretendían garantizar su alternancia en el poder
y el reparto de los cargos burocráticos por partes iguales. El resultado fue
una puñalada a la democracia colombiana
Rojas Pinilla regresó a Colombia en 1962 y fundó la ANAPO
(Alianza Nacional Popular), movimiento político con el cual se presentó a las
elecciones de ese año en las que obtuvo el cuarto lugar. Del golpe de estado de
Rojas Pinilla surgió su corto periodo como dictador y la entronización de su
familia en el gobierno de Colombia. Sus nietos, Iván y Samuel, están condenados
a prisión. Samuel a 18 años.
En 1968 Carlos Lleras Restrepo
intentó titular los grandes feudos rurales a los arrendatarios que trabajaban
los cultivos de sus patrones. Entonces, los dueños de latifundios se asustaron y sacaron de sus predios a sus salariados. Los desterrados constituyeron la Asociación
Nacional de Usuarios Campesinos y cantando,
con estilo vallenato, “la tierra es pa’l que la trabaja”, se aposentaron en los
campos donde habían nacido y ocuparon
427 haciendas. Entre las más relevantes acciones de la ANUC, podemos citar como
el 21 de Febrero de 1971, ante la negativa o pasividad del gobierno para hacer
verdadera reforma agraria, se realizó una movilización nacional que permitió a
los campesinos recuperar 1250 predios rurales de gran extensión. Sangre a montones
remojó las tierras labrantías y de un lado y otro hubo ataques y víctimas,
hasta llegar a los grupos denominados guerrillas y paramilitares, que han hecho
gastar un mar de tinta y de vidas en la narración de esos hechos, que tuvieron de por medio al Estado.
En 1970 Rojas se había transformado en un caudillo popular
con gran arraigo entre la población colombiana, y se presentó a las elecciones
presidenciales del 19 de abril de 1970, enfrentándose al candidato del Frente
Nacional Misael Pastrana. Las elecciones resultaron bastante reñidas y el
resultado oficial fue de 1.625.025 votos por Pastrana y 1.561.468 votos por
Rojas. Rojas decidió no reclamar ante la presunta manipulación de votos, en consecuencia,
la Corte Electoral proclamó a Pastrana como presidente para el periodo
1970-1974, aunque las denuncias por fraude no se hicieron esperar ante la
interrupción del escrutinio total que se postergó hasta el día siguiente el
conteo final, cuando la victoria que para Gustavo Rojas Pinilla parecía segura,
pasó a ser de Misael Pastrana.
Pasaron los años en
los que se escribió otra historia de sangre y síndrome de Caín. Ya teníamos las Farcs y otro
presidente. En 1993, el entonces presidente
Gaviria Trujillo, convocó a debatir algunas reformas en la Policía y un hecho delictivo
dimensionó los cambios: El domingo 28 de febrero de 1993, la violación y
estrangulamiento de una niña en un puesto de policía en Bogotá, delito cometido
por un patrullero, hizo que ante el desprestigio institucional, rápidamente se
promulgaran decretos y leyes de reorganización de la Policía.
Lo que ya pasó ni Dios puede
lograr que no suceda pero, a manera de ejercicio, me pregunto: Qué
habría pasado si… Jorge Torres Victoria, alias Pablo Catatumbo, hubiese
cumplido sus sueños de ser campeón nacional de
boxeo, el día que, en Cali, obtuvo en los Juegos Departamentales del
Valle del Cauca, en 1970, la medalla de
bronce en la categoría de los pesos mosca. ¿Se habría destruido tanta infraestructura y futuro de
menores?, o si a Pablo Neruda
le hubieran dejado entrar a
Colombia, en dos ocasiones que se le negó la visa: una en el gobierno de
Laureano Gómez y otra en 1956, en la dictadura militar, cuando quiso llegar
hasta Popayán para hacer entrega del Premio Stalin de la Paz a Baldomero Sanín
Cano… tal vez, decenas de años después, ,
engendrado por mentes intelectuales conocedoras de la Paz para los crepúsculos, que cantaba el poeta chileno, y nacido como protesta al fraude que llevó a la presidencia a Misael Pastrana, no habría existido el M19 El Movimiento 19 de abril fue un movimiento
guerrillero colombiano surgido a raíz del fraude de las elecciones
presidenciales del 19 de abril de 1970 que dieron como ganador a Misael
Pastrana Borrero sobre el general Gustavo Rojas Pinilla. Tras su
desmovilización, se convirtió en un movimiento político de centro-izquierda
conocido como AD-M19 (Alianza Democrática M-19), que ganó cierto respaldo
popular y fue uno de los constituyentes de 1991; desapareció a mediados de la
década de 1990 y algunos de sus miembros se unieron a otras agrupaciones
políticas.
Desde hace 25 años los gobiernos
nacionales de turno han querido liquidar a las Farcs. Imposibilitados de
hacerlo por las armas, optaron por la paz negociada. ¿Qué nombre le pondremos
al tiempo que se avecina, pues el término post conflicto no se refiere a época alguna
plausible y posible?
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