martes, 26 de abril de 2016

PERIODISMO IMPRESO TAMBALEA

Periodismo impreso tambalea.Samaria Márquez Jaramillo

El periodismo impreso  se encuentra en un momento en el que su hegemonía como medio imperativo de las noticias está tambaleando, empujado por la tecnología, por los nuevos competidores y en mayor número y ventajas, por los blogs que armados  con herramientas de edición web, fácil de usar, está aventajando largamente la eficiencia de los diarios impresos.


Conexiones permanentes y dispositivos móviles cada vez más potentes, y sobre todo, los lectores en línea, le arrebataron  la supremacía a la información escrita tradicional porque  los blogs  tiene como canal de distribución el que es inmediato: el Internet, en el que  los ciudadanos acuden  a medios de comunicación interpersonales, como los correos electrónicos, los foros o los blogs, que son publicaciones en la web en las que, de manera cronológica, pero sin periodicidad establecida, el autor o los autores publican comentarios, notas o artículos.

Estos textos, conocidos como posts en la jerga de los blogueros, suelen incluir enlaces, y también. eventualmente imágenes y otros contenidos multimedia. Asimismo, es frecuente que ofrezcan espacios para el comentario, donde los lectores puedan expresar libremente sus opiniones y observaciones acerca de cada una de las notas.
Si bien no hay consenso en cuál fue el primero, entre 1993 y 1994 se reportan las primeras manifestaciones de weblogs, aunque el término no es acuñado sino hasta 1997 por Jorn Barger.
Me dediqué, en serio, a integrarme a la blogosfera, hace menos de un mes. Los primeros días tuve 10 u once lectores. Fui aumentando exponencialmente y ahora tengo alrededor de 270 entradas diariamente,  de diferentes países y, lógico, más de la mitad de ellos desde Colombia.
Entiendo el humano afán por nombrarlo todo, por categorizar, por convertir sensaciones, emociones o ideas en conceptos y palabras. Lo padezco, pero recientemente se ha ido mermando en mí este afán pues no pretendo entender el cosmos ni la existencia, sino sentirme viva e inmersa de manera activa en mi propia vida, sin mitos exógenos, porque, a su vez, las tecnologías no sólo no lograron desterrar los mitos de la humanidad sino que, por el contrario, están aportando nuevas alegorías de la cultura tecnológica, dando lugar a una variedad de tecnomitos: el del hombre tecnológico y su rechazo del cuerpo en pos de habitar el espacio virtual, el de la metamorfosis tendiente al hombre-máquina, el del hombre como herramienta de la tecnología, vale decir, el hombre convertido en la herramienta de su propia herramienta.

No es mi intención sumirme en una discusión de filosofía de la tecnología, o escribir sobre los tecnomitos. Ese oficio se lo dejo a los que, a la par del soberbio desarrollo tecnológico, crean otro género de relatos y narraciones míticas, disfrazados con los ropajes de las nuevas alegorías de la cultura tecnológica. Tampoco me importa  la obsesión de la juventud por convertirse en máquina, en imitación a la nueva estirpe de monstruos, como Terminator y Robocop. Solo me interesa escribir y que me lean, sin fijarme temas cliché y que día a día continúe creciendo mi audiencia en la web.


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