jueves, 7 de abril de 2016

SEÑOR GOBERNADOR DEL QUINDÍO: USTED NOS CONOCE DE NOMBRE Y MAÑAS. ¿DE CUÁNTOS ES EL CONFESOR?
Samaria Márquez Jaramillo
De buenas intenciones está empedrado el infierno


Si bien una sola golondrina no hace el verano si anuncia, irrefutablemente que ya está por llegar el fin del invierno y nuevos aires tibios y vientos cálidos nos arroparán. El padre Carlos Eduardo, inerme por lo inmenso del problema heredado,  maniatado por las famosas ordenanzas que se trastean las disponibilidades de dinero y con 125 mil  pares de ojos observando e igual número de esperanzas alertas y casi agonizantes, no está candidatizado a ser beatificado y, por lo tanto, no tiene que hacer y probar sus milagros. Pero, si él mandatario seccional actual ,que nos conoce a todos de nombre y mañas, y que es el confesor de un buen número de sus electores,  no ha encontrado el hilo de Ariadna que lo saque de este laberinto , mal pueden hacerlo dos personajillos importados, como si acá de ese estilo no tuviéramos para usar, dar, exportar y todavía quedarían miles por ahí rondando esperando la oportunidad de mirar de reojo, criticarlo todo, no saber por dónde se empieza ni termina ni quién es qué acá. Encima, la pobreza decente se vive en   austeridad porque  si no, llegará la miseria. No hay plata. Eso lo creía yo. Pero,  entonces ¿por qué sueldos tan generosos  a quienes no conocen el terreno que pisan? Por ahí rueda un chiste: ¿Sabe cuál es la vía hacia el precipicio? Medellín-Casabuenas…
 Y no solo hay preponderancia por los lados de la oficina del gobernador. ¿Qué ocurre en la dirección de cultura de la secretaría del mismo nombre? ¿Qué tal un funcionario de segundo nivel gritándole a una gestora cultural que , de paso es bueno dejar constancia de ello, nunca va a pedir empleo, dádivas o mermeladas: ¡Cuando me necesite pídame audiencia! ¿Audiencia? Hum… Ni siquiera sabe qué quiere decir el término y cómo se aplica. Vamos por partes...Hay crisis de credibilidad en el acierto de las acciones del gobernador, ocasionada por el desespero de encontrar soluciones rápidas, las mismas que el electorado colocó como responsabilidad del padre Osorio Buriticá. Arreglar entuertos es un proceso, pero, con seguridad, no serán los flamantes asesores importados quienes logren implementar vías por las que transcurran mejores hechos en este hermoso departamento. Desde el Palacio de Gobierno (lo llamaré así, porque en los palacios viven los señores poderosos) piden paciencia pero para tener paciencia y fe se requieren hechos iniciales que sustenten la esperanza. 

Por favor señor gobernador, usted puede pero  muchos de los que escogió como equipo le están haciendo mal juego y los quindianos tendremos que sacarles tarjeta roja. Ah, otra cosa señor gobernador: Se acerca la fecha de rendir el informe de los primeros 100 días de gobierno, y ya están alineados las filas en los ejércitos opositores y, también, en los seguidores esperando, como se oye decir: "Con qué nos va a salir". Pese a las peladuras que me han proporcionado algunos de sus funcionarios, yo sigo creyendo en usted. No sé si cambie de opinión pronto, acción que tengo bien ejercitada puesto que soy una ilusa que deposita toda su capacidad de creer, en seres humanos, tan susceptible de equivocarse o de engañar. Fuimos más de 125 mil los libres pensadores que nos acercamos a las urnas a decidir por una nueva forma de gobernar.
Ese era nuestro anhelo. Hasta ahora no hay ninguna nueva forma y … tampoco, gobierno. Hay un bombero apagando incendios pero, como no posee omnipresencia divina, mientras está de reparador no puede ocuparse de su función de constructor. ¿Dónde vamos a parar? Sigo como el que estaba perdido en la selva y es rescatado: Hablando a borbotones. Creo, y predica mi experiencia de 50 años de periodista, que innovar no es arriesgar y delegar en personas de las que no se puede probar actuaciones exitosas. No es justo que la decisión gubernamental, equivocada, convierte en afortunados becarios a esos que mientras devengan millonarios sueldos a la vez intentan aprender a ejercer su cargo. ¡Qué suerte, devengar  en cifras millonarias y, al mismo tiempo y en la misma oficina, iniciar un aprendizaje que lleve al conocimiento de qué es lo que se tiene a cargo y se debe hacer en una determinada dependencia! Eso no es equidad porque, entonces, señor gobernador, usted tendría que becar al 60% de los habitantes de este Quindío, que aspiran a un cargo ejecutivo sin tener elementos de juicio para ejercerlo. 
¿Por qué a unos y no a todos? Sus seguidores, señor gobernador, y sus opositores, más los primeros que los segundos, que gozarán con sus errores, esperamos que usted co-administre con personas que saben del oficio a ellas encomendado. No es el tiempo para ensayos. Menos aún cuando los ensayados figuran en la nómina oficial. El gerente de una entidad es el responsable de la idoneidad de sus contratados. En la administración pública se requieren   personas poseedoras de saberes  de adaptación de procesos porque ahora muchas cosas se hacen de otra forma.

                     Entonces,¿en qué quedamos?







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