martes, 29 de marzo de 2016

Los sepultureros del porvenir banalizan la cultura

Los sepultureros del porvenir banalizan la cultura
Samaria Márquez Jaramillo

El tránsito del Quindío pueblerino, guiado por gamonales, al Quindío con dirigentes gubernamentales y pensamiento democrático, está lleno de injusticias, sacrificios, traiciones y egoísmo de parte de quienes no rajan ni prestan el hacha y dejan acéfalos a quienes tienen cerebro dinámico. Para muchos es ulcerante y desquiciante (ante…) conciliar sus actos,  aptitudes y actos, totalmente reaccionarios, en los que sienten, que se les está mermando el poder y que las confrontaciones ya no son de roscas sino de mentes. A esos, los importantes al estilo antiguo y dejados del conocimiento actual, les cuesta reconocer que hace ya rato los dejó el tren, mientras hablaban de civismo modelo principio del siglo XX, ahora enteramente anacrónico, puesto que el  tiempo donde nacieron, crecieron, gozaron de privilegios y al que estancaron, tiene que ser reemplazado por una época acorde con la que vive ahora la humanidad.
 El temor a los cambios que se presentan, aún sobrepasando las talanqueras puestas por los dirigentes de antes, que no quieren soltar el bastón de mando, no sirve cuando se trata de abrir el paso a  una situación de  cambio de paradigmas. Entonces sobrevienen  las reacciones  que amarran  a los que ya entendieron que el accionar ciudadano no puede ser igual a un cuadro bucólico. Mientras tanto, los que, como yo,  requerimos el cambio, padecemos  la angustia que produce  la desesperanza y el derrumbamiento, mal  intencionado, de espacios para edificar la ilusión que presiente las nuevas tendencias tecno-científicas, culturales, estéticas, políticas y económicas .
El gran problema es saber dónde, cómo y de qué forma se transformarán nuestras sensibilidades, gustos y costumbres. Es ante todo un proceso cultural, un asunto al cual debemos asistir sin trauma ni horror de vacío. La amenaza se acrecienta como algo normal; como un caos que fragmenta lo que se suponía incorruptible. Las cualidades de lo que llamamos humano hoy avanzan hacia otros horizontes, a otras formas de sentir, percibir, y expresar los deseos del Ser.

Nada está exento de ser tocado y transformado por las tendencias que han ido apareciendo en los últimos años: La economía global y transnacional, las nuevas tecno-virtualidades, el agotamiento de los "mitos", la devaluación de  las individualizaciones banales, ¿Qué actitudes debemos sacar adelante? Será de mucha utilidad ser vigías y defendernos  de los enterradores de lo por venir.


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