Malestar cultural en el Quindío

Samaria Márquez Jaramillo

              

       Director de cultura del Quindío Jorge Eduardo Urrea

Secretario departamental de cultura James Gonzalez Matta

En esta, antes llamada Milagro de ciudad y ahora tildada como Ciudad  Gato, porque es gracias a sus 7 vidas y poder de supervivencia que aún se erige como centro administrativo de una división política denominada Quindío, porque aquello de ¡Joven rico y poderoso! no pasó de ser slogan dañino, craneado por   desconocedores de los triquitraques de la publicidad.

Lo de  malestar,  se refiere  al deficiente apoyo a las artes y a la entrega del manejo cultural a personas de las que los rumores opinan que tienen intereses creados dentro del sector , ya sea por poseer sus propias instituciones  o por estar manejados por un sector cultural minoritario, que sólo busca lo suyo. 

 Hoy,  en el año 16 del nuevo milenio empiezo a presentir, ojalá esté equivocada, que  circunscribiendo el tema a la región cafetera que  abarca 12 municipios, es decir al Quindío y focalizándome en su Secretaría de Cultura, opino que   podría  servir con eficacia pero, de un lado, dizque no hay recursos económicos y, de otro y sobre todo, no tiene políticas culturales equitativas. Es decir, que del poco dinero que va a la cultura, una buena parte se queda atrapada en los meandros burocráticos: nominas, contratistas y etc. O, como se escucha con insistencias en el alud de críticas, se pretende que lo recaudado por concepto de estampilla pro cultura, se cambien de rubro y vayan a aliviar el  déficit.

El hecho que se debe conocer  en detalle es cómo la ineficiencia de una dependencia cultural gubernativa puede afectar directamente las artes, sobre todo si el presupuesto es muy bajo  y se hace todo clase de inequitativos movimientos para recortar gastos, pero no a los costos administrativos sino golpeando  la gestión artística, que va mucho más allá de los espectáculos y comprende el fomento, la creación y  la promoción que dinamizan el conocimiento intelectual.

Duele reconocerlo pero lo digo en aras de que se corrija la situación: La administración departamental está dando duros  golpes. El primero  al sector musical, constriñendo a la banda departamental; el segundo, dejando sin apoyo financiero e institucional al sector de los llamados independientes y permitiendo que, como poder detrás del trono, sea el sector al que pertenece el Secretario de Cultura el que tenga poder decisivo en la oficina del piso 19, desconociendo los méritos de aquellos que no  pertenecen a la camarillas de beneficiados. Si, es cierto: ¡Lloro por mis heridas!

  Frente a la situación descrita, la reacción del medio  no se hizo esperar y  un sector cultural de Armenia  está convocando a una protesta, marcha y plantón, que se cumplirá el 31 de marzo. Mientras que otros, buscando soluciones, en buena hora decidieron  participar más activamente en los Consejos y áreas  de Cultura.

Si el arte  quiere sobrevivir en el Quindío, tendrá que seguir  dando muestras de creatividad en el exterior  y abrirse otros campos de acción porque como vamos estamos al borde de extinguirnos como cultores o gestores sin rosca. 

Este es el malestar de la cultura del Quindío, que no lo cura nadie y que demuestra que no es cierto que “a mal que no tiene ‘cura’ hay que hacerle la cara dura”… Porque  los que, como yo, son  Gestores Culturales y hemos intentado que el arte deje sin espacios a la drogadicción juvenil, tendremos que volver a reconocer que el tiempo es  malgastado en vicios porque no hay dónde usarlo en entretenimiento cultural, y  veremos cómo se desfonda la adolescencia  mientras nosotros estamos haciendole antesala a los “divos” temperamentales que, por inexperiencia en administración y dirección del arte,se creen señores feudales de sueños, aspiraciones e imaginación de artistas… HUM… ¡Esto tiene que cambiar!